miércoles, 27 de octubre de 2010
Arquitectura Gotica
El arte gótico se caracteriza por la verticalidad y la luz, que es el reflejo de la divinidad. Su expresión más típica es la catedral, edificio urbano, en la que encontramos todos los elementos del arte gótico.
En estas construcciones predominan las plantas de cruz latina en las que se distingue: la cabecera, el crucero y las naves, de tres a cinco. La cabecera tiene girola y capillas radiales y la nave central y el crucero son más anchos y altos que las laterales.
Las capillas, los ábsides y las girolas dejan de ser semicirculares para hacerse poligonales.
Los cambios constructivos más importantes se manifiestan en la bóveda de crucería y el arbotante. La bóveda de crucería, derivada de la de arista, consigue localizar sus empujes sobre cuatro puntos de arranque lo que permite cubrir todo tipo de espacios. El arbotante por su parte es una especie de puente que transmite las presiones desde el arranque de las bóvedas altas hasta los ligeros contrafuertes del exterior, permitiendo así abrir mayores vanos en la fábrica del edificio.
Utiliza también un nuevo tipo de arco ojival, apuntado. Gracias a su verticalidad, permite elevar la altura del edificio. Con estos tres elementos los arquitectos góticos revolucionan la construcción. Lograron muros diáfanos que se recubrne con vidrieras. Los rosetones son el marco privilegiado de las vidrieras de colores. Las vidrieras se organizan en tracerías. Cada vidriera posee un armazón de hierro y un emplomado. Al existir mayor espacio libre de piedra, las ventanas adquieren gran importancia y en el interior de los vanos se aprecian tracerías caladas que se rellenan con vidrieras policromadas.
Aparece el pilar fasciculado, que tiene el fuste formado por varias columnillas delgadas, también llamadas baquetones.
La portada se revaloriza. En ella se colocan las torres y las puertas. La fachada típica tiene forma de H. Está formada por dos torres cuadradas, rematadas con un elemento piramidal. Poseen tres niveles: la portada de entrada, los ventanales y el rosetón.Las puertas de acceso al templo suelen colocarse en los brazos y pies de la cruz, continuando con el abocinamiento románico solo que ahora los arcos son apuntados. Los tímpanos continúan siendo decorados pero ahora se distribuyen las figuras en zonas horizontales mientras las figuras de las arquivoltas se disponen en el sentido de la curva.
La forma apuntada de la portada suele completarse con el gablete o moldura angular que la corona. Sobre la portada encontramos el rosetón que aporta iluminación y cromatismo al interior del templo.
En el alzado de la catedral se distinguen tres partes: la arquería, el triforio y el claristorio o ventanales.
Además de las catedrales, otras construcciones que adquieren importancia son los edificios civiles. Se levantan ayuntamientos y lonjas, sin dejar de construirse castillos y fortificaciones militares.
Arquitectura Gótica en Europa
Francia es la cuna del gótico. En la fase protogótica nos encontramos edificios cistercienses como la abadía de San Denis, y Notre-Dame de París. Ya en el período clásico destacan las catedrales reales, Reims, Amiens y Chartres. Y en el período manierista destaca la Santa Capilla de París y la catedral de Rouen.
En Inglaterra el gótico presenta tres etapas: el estilo primitivo, con catedral de Canterbury, el estilo decorativo, con la catedral de York y el estilo perpendicular, con catedral de Westminster.
En Italia lo característico fue la arquitectura civil. Destacan el Ayuntamiento de Perusa, la cartuja de Pavía y el Palacio Ducal Casa del Oro en Venecia.
En España el gótico tiene dos ámbitos fundamentales, el camino de Santiago y las ciudades comerciales de la Corona de Aragón.
Se comienzan a construir las catedrales de Zamora, Salamanca, Tarragona y Lérida.
En su segunda etapa, en el siglo XII, las catedrales más importantes son las de León, Burgos y Toledo. Es la etapa del gótico pleno.
La tercera etapa, en el siglo XIV. Se acaban las catedrales de Palma de Mallorca, Santa María del Mar (Barcelona) y Gerona. Son templos más austeros, la nave central es más ancha y las laterales son más altas.
En el siglo XV aparece el gótico flamígero, que en Castilla se denomina isabelino. En Castilla aparecen dos escuelas: la de Toledo y la de Burgos. En esta época la decoración se desborda, las plantas tienden a ser cuadradas de una sola nave y los soportes más delgados. El coro se desplaza a los pies y en alto. Destacamos las Lonjas de Palma de Mallorca y Valencia.
En Portugal el gótico llega a través de España: convento de Batalha y el monasterio de Alcobaça. En los siglos XV y XVI se desarrolla el original estilo manuelino con el monasterio de Belem.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario