miércoles, 27 de octubre de 2010
Arte Asturiano
El arte asturiano o prerrománico asturiano es un estilo artístico englobado dentro del prerrománico y que se localiza en la Península Ibérica adyacente al Mar Cantábrico, libre de la ocupación musulmana al final del siglo VIII (después de la derrota de Guadalete y posterior invasión sarracena y hasta comienzos del X en que es absorbido por el arte románico venido de Francia).
Aunque sucesor del estilo visigodo, no puede decirse que el asturiano sea heredero legítimo suyo, pues no conserva sino accidentalmente alguno de sus elementos principales como es el arco en herradura y si bien al principio debió ser una imitación paupérrima del mencionado arte, muy pronto se manifiesta con nuevos y originales elementos acaso importados de Oriente o de Lombardía que singularmente lo realzan y lo denuncian como precursor del románico.
Las características que identifican al arte asturiano son:
el deseo de rememorar las glorias del reino visigodo de Toledo, del que se consideraban herederos.
la íntima relación con el poder regio (se ha denominado también arte de la monarquía asturiana).
predominio de la arquitectura, fundamentalmente abovedada, sobre las demás artes. Dentro de la arquitectura destacamos las siguientes notas:
el sillarejo, la mampostería y el ladrillo en los muros, reservando los sillares para las esquinas y los elementos de refuerzo.
el arco de medio punto, peraltado o no, y la bóveda de cañón, reforzada mediante arcos fajones o totalmente despejada.
el muro compuesto (arquerías ciegas en el interior y estribos o contrafuertes en el exterior).
la decoración interior con pinturas al fresco de temática diversa, habitual en el arte carolingio; baste recordar que Alfonso II el Casto (791-842) era contemporáneo de Carlomagno.
las basas decoradas, los fustes sogueados y los capiteles enriquecidos, todo ello para realzar las columnas.
en los edificios religiosos y de manera predominante, la planta basilical de tres naves (separadas por arquerías sobre pilares) y cabecera tripartita, con ábsides de trazado rectangular, siendo el central el más amplio.
en la parte superior del ábside central, una cámara del tesoro abierta al exterior por una ventana sin comunicación interna (en el visigodo lo era desde el interior), y cuya función no se ha podido precisar, aunque podría ser un mero recurso plástico para mantener la armonía de los volúmenes exteriores del templo.
sacristías laterales.
pórtico a los pies del templo.
sistema de contrarrestos o contrafuertes, ejemplo en San Miguel de Lillo.
Etapas
El prerrománico asturiano ofrece los dos tipos o formas que ya se notaron distintas en el estilo visigodo, pero que en el asturiano se precisan más todavía: el tipo latino y el tipo bizantino. Uno y otro admiten columnas y pilastras y también semicolumnas adosadas al muro y trabadas con arcos, formando así el muro compuesto y preludiando el pilar compuesto de la arquitectura románica el cual aparece ya completo en la arquitectura mozárabe del siglo X. En ambos tipos se hallan arcos de medio punto y peraltados pero no de herradura sino por excepción (salvo los ajimeces) y arcos también de descarga en los muros y contrafuertes o estribos exteriores. En uno y otro se observan cancelas o antepechos de piedra ornamentada en el ingreso del ábside llamada iconostasis, capiteles algo historiados y que se apartan de la idea clásica, ventanas ajimezadas y con ornamentación de piedra calada o celosía, pequeños rosetones, ornamentos de toscas figuras, de tallos serpenteantes, de rosetoncillos variados, de cables y trenzados y otras labores de estilo visigodo.
Según esto, dividiremos este arte en varias etapas:
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